EVOLUCIÓN DEL EMPRENDIMIENTO

Aunque el concepto de emprendimiento siempre ha existido, se ha puesto de moda durante el presente siglo. Quienes hacíamos emprendimiento durante el siglo pasado simplemente decíamos con timidez que queríamos crear empresa o ser independientes. Todo funcionaba con base en la intuición.
Las escuelas de negocios formaban personas para que se desempeñaran en diversos cargos dentro de las organizaciones. Las personas se podían dedicar principalmente a las áreas financiera, mercadeo, producción o de recursos humanos.
Durante este siglo surge una nueva forma de ver las organizaciones. Ya no aplica la visión estática de las organizaciones que compiten a través de diversidad de productos. Ahora, toda la organización, sus aliados, procesos y productos se articulan y moldean para ofrecer en forma integrada una propuesta de valor apropiada a las necesidades y deseos de sus clientes.
Dentro de ese contexto, claro está que la forma de realizar emprendimientos también presenta un cambio radical.

Toma auge el concepto de modelo de negocio, para articular esos componentes que resultan clave a la hora de definir la propuesta de valor que se va a ofrecer. Además, se validarán los supuestos que se realicen durante la creación del modelo. Es decir, se disminuye la incertidumbre de que los emprendimientos fracasen debido a supuestos erróneos y lecturas deficientes de la realidad.
Internet y la digitalización de la información facilitan ese proceso, ya que resulta mucho más fácil la aproximación con los clientes potenciales para conocer con bastante detalle que es lo que ellos realmente desean y por lo que están dispuestos a pagar.
Bienvenido el método científico, ya los emprendimientos no solo son solo arte e imaginación, también tienen un alto contenido de ciencia. Por lo tanto, quien desea hacer realidad una nueva idea, debe someterse a un método más riguroso de definición y validación, y quién no lo haga asume grandes riesgos y se comporta económicamente en forma poco inteligente.